Trump deja congelado el Partido Republicano
La figura del expresidente, que amaga con presentarse a la reelección y ansía el foco público, condiciona la transición de los conservadores estadounidenses, entre los que el populismo vence

El despacho del congresista Mario Díaz-Balart tiene unas excelentes vistas a la cúpula del Capitolio de Estados Unidos y un balcón que, en una de esas mañanas de otoño suave, de otoño washingtoniano, invita a recrearse. Parece el lugar donde se fuman cigarrillos a hurtadillas. “Serían puros”, corrige Díaz-Balart. Cubanoamericano, representante por Florida desde hace casi dos décadas, el republicano ha sido uno de los grandes colaboradores de Donald Trump en la Cámara, uno de los firmantes de la demanda para anular los resultados de las elecciones presidenciales en cuatro Estados clave y un sensor finísimo del conservador latino, ese que los demócratas han perdido de vista y que ha convertido a Florida, unos de los grandes premios de los comicios, tradicionalmente bisagra, en reino trumpiano.
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